viernes, 18 de septiembre de 2015

CRÓNICA de un ensayo de Fraaek

Columna quincenal publicada en Esquisses. 
Viernes 18 de septiembre del 2015.



Me fui a escuchar un ensayo de los FRAAEK y salí con ganas de un helado de mora o un vodka de cranberry.

A ver, les cuento:

Estaba en el trabajo editando textos y sintiendo el bajón de la música. Había pasado todo el día escuchando Juan Gabriel, Ana Gabriel, Emmanuel y Eros Ramazzotti. Eso le gusta escuchar a uno de mis compañeros de trabajo, y a veces, los audífonos no son suficiente. Ya no daba más. Así que nomás dieron las seis en punto, edité la última oferta del día, hice un banner flash de dos minutos, programé el boletín de noticias para el día siguiente y salí directo a la licorera. Me anestesié un rato la mirada con tanta botella y decidí comprar unos vinos. Al salir llamé a mi bróder (Marré) para decirle que estaba frente a su oficina. Salió a recibirme, no sé si feliz de verme o feliz por tomarse un trago. La cosa es que nos bajamos la botella en asunto de minutos.

Luego me contó que Selene, su chica, le haría una entrevista a los FRAAEK esa misma noche. Como aquellos son amigos, los llamé de inmediato para decirles que llegaría al ensayadero junto a los queridos Marré y Selene.

Escuché risas buena onda del otro lado del teléfono: «Muchá, viene también Pablito Bromo», dijo Fede a medio acorde de guitarra.

Como parezco taxista (Waze análogo) decidí ir adelante, en mi carro. Manejamos unos veinte minutos y por fin llegamos a la casa, un lugar rodeado de bosque profundo y rocío a toda hora; muy acertado para lo que este sexteto de musicazos hace al conectarse. La voz de Mabe, tremendísima, se escapaba por una ventana circular que daba del ensayadero al bosque creando una especie de sueño idílico mezclado con emoción y adrenalina.

Ahí estuvimos un buen rato. Viéndolos tocar, interactuar entre ellos y explorar capas y texturas de sonidos: chelo, guitarra, sintes, bases rítmicas, bajo y una descarga interesante de batería con el nuevo integrante de la banda.

La noche merecía algo más, digamos un buen trago, pero eso es porque soy un picado y no me gusta explorar un instante de felicidad sin algo más en la cabeza (ondas mías).

Al final, tomé algunas fotos de la entrevista que Selene hizo para Soy 502 y bromeé de subirme al escenario mañana, a bailar o a cantar algunos versos locos para su concierto en Qüid, donde estarán presentando su EP homónimo acompañado de otros grandes musicazos: Tenta y Duophonic. Toda esta delicia sonora con el apoyo de los infatigables Danzón Pérez, que siguen haciendo una tarea fascinante por llevar la música a todas partes. A todo esto, yo estaré celebrando mi cumpleaños con buena música, buenos amigos y excelentes músicos. Los visuales estarán a cargo de los Oniroides, otros grandes y talentosos amigos.

FRAAEK a medio ensayo

FRAAEK a medio ensayo



Regresando al ensayo… salí bastante reflexivo y con ganas de escribir mucho sobre música y vicios.

Nos despedimos con todos los queridos y luego de manejar en silencio por la autopista, pensé –ya de regreso en casa–, que los últimos años han sido un espectro súper productivo y estimulante para las bandas locales. Sonidos como los de FRAAEK, MOZ, Bucelonte o Cosmopoli Jet, por citar algunos, no sonaban hace cinco años, y si lo hubieran hecho, quizá no hubieran sido tan bien recibidos como lo son ahora. Y eso se agradece. No sé si sea la velocidad con la que viaja la información por las redes sociales o la proliferación de herramientas para hacer música desde tu casa con un iPad o una Laptop. Lo bueno de todo esto es que los proyectos siguen sumándose, y además de ser súper profesionales y llenos de onda, vinieron para quedarse en los oídos de la mara por un buen rato.

 
FRAAEK en una sesión en vivo


Con los FRAAEK me pasa que los escucho y siento una melancolía llena de felicidad. Es como si un avión en picada colapsara sobre un terreno lleno de tulipanes o flores silvestres de todos los colores y tamaños. Su música me parece el estruendo de algo verdaderamente hermoso. Creo que es la amalgama que crean entre ellos. Cada uno tiene proyectos individuales y eso los hace parecer más concisos a la hora de agruparse y tocar juntos.

Mabe, además de tocar el chelo divinamente, te lleva de la mano por un viaje cósmico con esa voz que parece sacada de una película escandinava. Por otro lado, Fede y Fernando, son como la pieza vertical de la banda, la voluptuosidad, la sincronía, la parte clara y a la vez perversa. Nelson y Stephane son esa base rítmica necesaria que junto a Hentze forman lo sólido de la banda, esa parte escondida detrás de todas las capas sonoras que le da gasolina y empuje al universo melódico de estos chavos. Y sí, como decía antes, todos son imprescindibles a pesar de que juguetean con proyectos personales. Su música es un paisaje lleno de profundidades que dejan caer ese pencazo poético que te encandila el corazón y te aguada el oído (como la textura de helado de mora).

Hay mucho de dreampop (Beach House, Grizzly Bear, Wild Nothing o The Church por citar algunas bandas) y también de una intención shoegaze de principios de los dos mil (lo primero que pienso es en Broken Social Scene, Yo La Tengo o Silversun Pickups). Todo en su música es un declive vertiginoso que te sorprende con atmósferas llenas de luz, poesía y ternura.

Todo está en su lugar, bien puesto. Esperemos que así siga, incluso mañana cuando enfrenten a la avalancha de fans que seguramente los ha estado esperando desde buen tiempo. Ya era hora.

Nos vemos mañana y nos tomamos el vodka de cranberry, porque el helado de mora me lo devoré escuchando Flaming Lips el otro día.

FRAAEK en Qüid

Lugar: Qüid, Z4 - Hora: 7PM - Entrada : Q50