viernes, 2 de octubre de 2015

DISCO RAYADO: poema con música-tráfico de fondo

Texto publicado en El Danzante #19 del Danzón Pérez.
Octubre del 2015.


 
Oh nena

no sabes lo difícil que es manejar a casa

con el tráfico de la hora pico

y los policías de Emetra silbando acordes

de una sinfonía agitada después del trabajo

no hay Triphop que calme mis ansias

ni Afrobeat que disipe la rabia en mis colochos

sentado voy solo

en el asiento del Fiat

que cada vez se hace más viejo

mientras los hombrecitos

del Peugeot de al lado

tocan sus bocinas como hienas furibundas

y un Mazda me da paso

acelero

me hago a un lado

un camión de helados

lanza fuego porque no doy vía

no quiero dejar pasarlo

quiero llegar a tu Electro

a tu Bossa Nova cósmica

en el Transmetro van silentes

todos los pasajeros que parecen sombras tristes

espectros de otro día mutilado hasta la médula

yo quiero estar a tu lado

bailando Cut Copy o Depeche Mode

hasta que el sol inunde nuestros ojos

después de una noche de Deep House

zumbándonos las zapatillas grises y

los ademanes torcidos

por la lenta caracola

que es el deseo gimiendo espasmos

en nuestras tibias nervaduras



Oh nena

quisiera escribirte algo solemne

contarte por ejemplo

que todo va a estar bien

después de este tráfico insolente

que no hay rola de Soda

en la que no te apriete a contra recuerdo

o que en la voz de Alex Turner

encontré tu risa dormida el otro día

pero el tráfico es mortal

y es mordaza como una serpiente enajenada

de luces y conos y bocinas

me desespero en grupo

pero voy solo en este infierno de pedales sin vino tinto

busco un cigarro

apago el radio

veo el celular

volteo al Toyota

de mi derecha

me saca el dedo

me manda al diablo

quisiera detenerme

y esperar que tu risa ilumine mi noche

apenas son las 6

y tengo que terminar unos pendientes

ordenar mi ropa

fumar cigarros

intentar dormir

con el brillo de tu ausencia



Oh nena

quiero llegar a casa para escribirte

para poner el nuevo disco de Beach House

y encerrarme en naderías

donde el bien y el mal no existen



¿Estás ahí? ¿Sigues leyendo este delirio?



Yo voy a 4 kilómetros por hora

y la voz de Waze me desespera

quiero descansar

y empezar a editar mi nuevo libro

que debo entregar a finales de septiembre

no puede ser que el tráfico de la hora pico

pique nuestros sueños y los consuma

no puede ser que la felicidad

esté atrapada en un recuerdo

de días y canciones olvidándose

no puede ser que estas palabras

poco a poco

se desintegren

con el mejor Shoegaze o el Dream Pop

que sólo tú me conoces de memoria



Ya crucé La Reforma

y el diluvio de policías

es una diatriba anestesiada en furia

si nadie llevara prisa

podría jurar

que todos se bajarían de sus carros

a somatar sorpresas con caramelos agrios

sobre sus cascos oficiales

voy llegando a La Séptima

enciendo el radio

pongo un disco que grabé

hace unos días

2 canciones de Arcade Fire

1 de Bowie

3 de The xx

y ya voy cantando

estoy a pocos metros de mi casa

y todo parece un infinito indeleble

de prosas paciencias y poemas



La lluvia cae

bajo por la rampa

estaciono el carro

y empiezo a escribirte

como un desesperado

en el bloc de notas del teléfono

al mismo tiempo

una canción de Nick Drake

irrumpe con su risa teórica

son las casi 7

y después de una hora de cruzar los dedos

y surcar los mapas de la ira

puedo decirte:



no puede ser que la felicidad nos dure tan poco

tan poco puede ser que la felicidad nos dure no



y así hasta que vuelva a verte

en mis sueños donde existes.
 

viernes, 18 de septiembre de 2015

CRÓNICA de un ensayo de Fraaek

Columna quincenal publicada en Esquisses. 
Viernes 18 de septiembre del 2015.



Me fui a escuchar un ensayo de los FRAAEK y salí con ganas de un helado de mora o un vodka de cranberry.

A ver, les cuento:

Estaba en el trabajo editando textos y sintiendo el bajón de la música. Había pasado todo el día escuchando Juan Gabriel, Ana Gabriel, Emmanuel y Eros Ramazzotti. Eso le gusta escuchar a uno de mis compañeros de trabajo, y a veces, los audífonos no son suficiente. Ya no daba más. Así que nomás dieron las seis en punto, edité la última oferta del día, hice un banner flash de dos minutos, programé el boletín de noticias para el día siguiente y salí directo a la licorera. Me anestesié un rato la mirada con tanta botella y decidí comprar unos vinos. Al salir llamé a mi bróder (Marré) para decirle que estaba frente a su oficina. Salió a recibirme, no sé si feliz de verme o feliz por tomarse un trago. La cosa es que nos bajamos la botella en asunto de minutos.

Luego me contó que Selene, su chica, le haría una entrevista a los FRAAEK esa misma noche. Como aquellos son amigos, los llamé de inmediato para decirles que llegaría al ensayadero junto a los queridos Marré y Selene.

Escuché risas buena onda del otro lado del teléfono: «Muchá, viene también Pablito Bromo», dijo Fede a medio acorde de guitarra.

Como parezco taxista (Waze análogo) decidí ir adelante, en mi carro. Manejamos unos veinte minutos y por fin llegamos a la casa, un lugar rodeado de bosque profundo y rocío a toda hora; muy acertado para lo que este sexteto de musicazos hace al conectarse. La voz de Mabe, tremendísima, se escapaba por una ventana circular que daba del ensayadero al bosque creando una especie de sueño idílico mezclado con emoción y adrenalina.

Ahí estuvimos un buen rato. Viéndolos tocar, interactuar entre ellos y explorar capas y texturas de sonidos: chelo, guitarra, sintes, bases rítmicas, bajo y una descarga interesante de batería con el nuevo integrante de la banda.

La noche merecía algo más, digamos un buen trago, pero eso es porque soy un picado y no me gusta explorar un instante de felicidad sin algo más en la cabeza (ondas mías).

Al final, tomé algunas fotos de la entrevista que Selene hizo para Soy 502 y bromeé de subirme al escenario mañana, a bailar o a cantar algunos versos locos para su concierto en Qüid, donde estarán presentando su EP homónimo acompañado de otros grandes musicazos: Tenta y Duophonic. Toda esta delicia sonora con el apoyo de los infatigables Danzón Pérez, que siguen haciendo una tarea fascinante por llevar la música a todas partes. A todo esto, yo estaré celebrando mi cumpleaños con buena música, buenos amigos y excelentes músicos. Los visuales estarán a cargo de los Oniroides, otros grandes y talentosos amigos.

FRAAEK a medio ensayo

FRAAEK a medio ensayo



Regresando al ensayo… salí bastante reflexivo y con ganas de escribir mucho sobre música y vicios.

Nos despedimos con todos los queridos y luego de manejar en silencio por la autopista, pensé –ya de regreso en casa–, que los últimos años han sido un espectro súper productivo y estimulante para las bandas locales. Sonidos como los de FRAAEK, MOZ, Bucelonte o Cosmopoli Jet, por citar algunos, no sonaban hace cinco años, y si lo hubieran hecho, quizá no hubieran sido tan bien recibidos como lo son ahora. Y eso se agradece. No sé si sea la velocidad con la que viaja la información por las redes sociales o la proliferación de herramientas para hacer música desde tu casa con un iPad o una Laptop. Lo bueno de todo esto es que los proyectos siguen sumándose, y además de ser súper profesionales y llenos de onda, vinieron para quedarse en los oídos de la mara por un buen rato.

 
FRAAEK en una sesión en vivo


Con los FRAAEK me pasa que los escucho y siento una melancolía llena de felicidad. Es como si un avión en picada colapsara sobre un terreno lleno de tulipanes o flores silvestres de todos los colores y tamaños. Su música me parece el estruendo de algo verdaderamente hermoso. Creo que es la amalgama que crean entre ellos. Cada uno tiene proyectos individuales y eso los hace parecer más concisos a la hora de agruparse y tocar juntos.

Mabe, además de tocar el chelo divinamente, te lleva de la mano por un viaje cósmico con esa voz que parece sacada de una película escandinava. Por otro lado, Fede y Fernando, son como la pieza vertical de la banda, la voluptuosidad, la sincronía, la parte clara y a la vez perversa. Nelson y Stephane son esa base rítmica necesaria que junto a Hentze forman lo sólido de la banda, esa parte escondida detrás de todas las capas sonoras que le da gasolina y empuje al universo melódico de estos chavos. Y sí, como decía antes, todos son imprescindibles a pesar de que juguetean con proyectos personales. Su música es un paisaje lleno de profundidades que dejan caer ese pencazo poético que te encandila el corazón y te aguada el oído (como la textura de helado de mora).

Hay mucho de dreampop (Beach House, Grizzly Bear, Wild Nothing o The Church por citar algunas bandas) y también de una intención shoegaze de principios de los dos mil (lo primero que pienso es en Broken Social Scene, Yo La Tengo o Silversun Pickups). Todo en su música es un declive vertiginoso que te sorprende con atmósferas llenas de luz, poesía y ternura.

Todo está en su lugar, bien puesto. Esperemos que así siga, incluso mañana cuando enfrenten a la avalancha de fans que seguramente los ha estado esperando desde buen tiempo. Ya era hora.

Nos vemos mañana y nos tomamos el vodka de cranberry, porque el helado de mora me lo devoré escuchando Flaming Lips el otro día.

FRAAEK en Qüid

Lugar: Qüid, Z4 - Hora: 7PM - Entrada : Q50

viernes, 21 de agosto de 2015

DIEZ ROLAS para escuchar diez veces seguidas

Columna quincenal publicada en Esquisses. 
Viernes 21 de agosto del 2015.



Estoy seguro que a vos te pasa también: ponés una rola y antes de que termine la volvés a poner cinco, diez, quince veces; y a veces, la repetís cuando lleva sólo un minuto. Si esto te pasa no estás sola ni solo. Lo que pasa es que somos engasadxs y obsesivxs. Lo que duran nuestras rolas favoritas no es suficiente. No pues, aunque sean perfectas siempre hay algo más.

Acá van diez rolas que puedo escuchar hasta diez veces seguidas.

Las repito, les pongo pausa, les subo watts.

Son más, claro, casi cien, pero estas son las primeras diez de la lista.



1. All my friends – LCD Soundsystem

2. Rearviewmirrow – Pearl Jam

3. Weird Fishes / Arpeggi – Radiohead

4. Back to black – Amy Winehouse

5. Champagne Supernova – Oasis

6. Ceremony – Joy Division / New Order

7. Bloodbuzz Ohio – The National

8. All in white – The Vaccines

9. One Way Trigger – The Strokes

10. Everlong – Foo Fighters


¿Y las tuyas? Empezá por lo menos con diez.

sábado, 8 de agosto de 2015

11FIPQ: La poesía es maratónica




Entonces me puse a pensar lo que significa ser poeta en una época delirante y veloz donde lo efímero (y no lo permanente), es lo que prevalece a través del tiempo y la distancia. Hablo de la voracidad de un Like, un Retweet o un Share que nos ha convertido en presa fácil de la inmediatez y lo mundano y popular y otras tantas cosas. Eso que irremediablemente nos provoca y nos mueve el mundo egoísta. Ese show. Esa cadencia virtual. Ese sazón cibernético. Esa dependencia. Esa sonrisa efervescente en el rostro.

Pero no. La poesía es algo que prevalece y no se puede explicar con palabras, ni versos, ni libros impresos, ni recuerdos, ni ni mierda. Eso está claro desde hace siglos. No hace falta que René (de Calle 13) o Rimbaud (desde hace 150 años) nos grafiquen esas tibias y vastas coordenadas. Ya las sabemos. Por eso las cantamos. Por eso repetimos los versos.

Por eso celebro que la poesía sea un orgasmo sabrosón, una eyaculación compartida y un squirt delicioso que todo lo puede y contiene. Por eso celebro y venero a todos los que crean que la palabra es algo que debe rebelarse y salir a las calles, a las cárceles, a las universidades, a los nichos donde la palabra es minoría y hasta ha quedado olvidada. Por eso celebro lo que sucede en Xela a cargo de la Asociación Metáfora.




El Festival internacional de Poesía de Quetzaltenango me ha enseñado muchas cosas. Muchísimas. Por ejemplo: La intimidad desde su fuerza primaria, ante todo. Luego la humildad desde su razón de ser. Y además, no creo estar solo en este camino. El FIPQ nos ha dado cobijo a muchos y muchas que nos hemos involucrado en esta celebración a la palabra a través de los años (el FIPQ cumple once la próxima semana).

Por todo eso que nos ha dado el FIPQ, se me ocurrió unir esfuerzos con Vueltegato Editores, Lobo Negro Records, CREA y Work and Feeling para hacer un Minifestival de música y poesía en SOMA (ya saben donde). La idea es sencilla: un festival con varias bandas de música y lecturas de poesía por más 6 horas.

El minifestival: Maratónica. (#MaratonicaFest)

Las bandas: Humus Fuga, Ishto Juevez, Kin, Jonathan Carrion, Cosmopoli Jet, Maury & Los Futura Project y Diéresis. Un bonito chirmol-remix para pasar un sábado chilero desde algo ligero hasta algo pesadón.

Los poetas: Alejandro Marré, Daniela Castillo, Luis Méndez Salinas, Carmen Lucía Alvarado, Javier Payeras, Juan Carlos Lorenti, Pep Balcárcel, y más.

La entrada: Q25 que van completitos para apoyar al 11FIPQ.

Dicho todo esto no queda más que invitarlas e invitarlos al purrún.

¡Nos vemos más tarde!




viernes, 24 de julio de 2015

AVES RARAS: El Güero

Columna quincenal publicada en Esquisses. 
Viernes 24 de julio del 2015.





El miércoles pasado me fui a dar la vuelta al Centro Cultural de España para descubrir qué era eso de las “Aves Raras”. Esa noche tocaba El Güero –un camarada de batallas impostergables que conozco desde hace muchos años–, y faltar era imperdonable. El evento parecía más que una obligación, un acto de rebelión colectiva. Sí, tenía que ir a escucharlo y abrazarlo para festejar ese su entusiasmo que muchas veces guarda –por tímido– en el escenario.

Así que manejé rumbo al centro mientras escuchaba el último disco de José González y estacioné el carro sobre la calle. Eché llave y caminé hacia el Lux con la certeza de que sería una buena noche: viejos amigos, música poderosa, artistas invitados, abrazos, música y más música. ¿Y por qué no? Algo de drogas y compañía espontánea. ¿Qué más se puede pedir? Si al aprecer uno con la música tiene casi suficiente.

Enciendo un cigarro, cruzo la calle y me topo a mi querido bróder Javier (Payeras) que está hablando por teléfono afuera de una cantina de esas que guardan secretos y aproximaciones a la verdad más insolente. Nos abrazamos, nos festejamos y cuelga de inmediato. Entramos. Adentro están dos compadres que conozco y me llenan un vaso de un litro nuevo (ya llevan varios) que Javier pide con entusiasmo. «¿A qué horas empezaba el toque?», pregunto ingenuo y aquellos me responden que ya empezó pero nos tomemos el vaso y nos vamos. Todo bien. Todo en orden. Platicamos de cosas minúsculas que a nadie le interesan: Bach, Brahms, Wagner y otras pendejadas.
Salimos corriendo y entramos al Lux donde están haciendo estos conciertos de músicos que ya llevan sus años en la escena guitarrolera de Guate. “Aves Raras”, el nombre de la onda. Cabal, como son y como siempre han sido.

Desde abajo se escucha que el toque ya empezó, pero todo bien. Subimos las gradas a prisa y entramos frenéticamente a la sala. Oscuridad total y en el centro del escenario: la luz de mi compadre El Güero.

Nos sentamos en la primera fila. Ya Javier y Marré me habían contado que leerían algunos versos consecuentes a la música de Herberth Lima, como de verdad de llama el compadre. De entrada, Sergio Valdez tirando discurso de manera radiofónica como siempre lo hace y donde se luce. Luego canciones y canciones y algunos riffs nostálgicos. La noche pinta bien, la noche pinta “pinta”. Luego llega el intermedio.

Aprovecho de una y voy directamente hacia El Güero para saludarlo. Le digo que su guitarrista está muy fuerte, muy desafinado y que pareciera que los acordes (o los efectos de uno de los ocho pedales) están muy toscos. Él, humildemente, me responde que sí con un beso y un abrazo. Me da un gustazo verlo. Digo no sólo verlo, sino disfrutar de su carisma y su magia y su voz titilante que es como un avión que viaja rápido pero que llega lejos, cala lejos, muerde el polvo de la soledad más insolente y despiadada.

Luego espero el intermedio sentado hasta el último asiento, esperando encontrar algo de paz y algo de certeza en su guitarrista. Pero no. Nada. El compa vuelve a fallar en su afán por despilfarrar armonías obtusas y esperanzadoras. Pero no seré negativo, todo lo demás del toque y los músicos me resultan FABULOSOS. Los vientos en su euforia, la voz mimetizada de nerviosismo y grandeza, el violoncello perfecto, la poesía en su lugar. Todo en su lugar. Everything in it’s right place. Everything in it’s right place. Everything in it’s right place.

Luego aplausos y más aplausos, abrazos de gente querida y algunas cervezas bien merecidas como en un reencuentro de finales de los noventa que todo lo puede. Recuerdos. Flashbacks. Sonrisas. Poemas.

No podía faltar más. Música y poesía reunida en una sola noche. Por eso les recomiendo que vayan a ver a las siguientes Aves Raras y disfruten de sesiones excelentes y poderosas que pueden detener la noche (y la tristeza) en un Bemol premeditado o un Sostenido contenido.

El próximo toque le toca al queridísimo Pablo Robledo, un excelente músico y amigo de otras batallas, que te eriza la piel en cada polifonía vocal y en cada arpegio. Su agresión es tan sutil que ni te das cuenta.

Mientras tanto, yo me quedo con la magia y “las avispas” de El Güero dando vueltas en mi colmena de madrugadas lentas con vista a esta ciudad podrida. Que como bien dice Teillier en algún poema triste, no es más que un letargo olvidado del presente que nos sucumbe.
Gracias, Güero, sos una luz de ternura en medio de esta soledad errante. Aprecio y disfruto toda tu música, tu intensidad, tu honestidad, tu sutileza.

Y a ustedes, no me queda más que pedirles que busquen su música y que vayan a los toques restante para disfrutar de la precisión vocal de estos especímenes raros y talentosos. Yo, por mi parte, seguiré escuchando Kid A de Radiohead y tratando de hilvanar el estruendo absoluto de la música.

Añado, como vi hace unas horas en el perfil de una amiga del Facebook: «la música es medicina». Salud por eso. Curémonos todos, con lo que estés escuchando ahora mismo.

viernes, 10 de julio de 2015

POEMA POSTPUNK

Columna quincenal publicada en Esquisses. 
Viernes 10 de julio del 2015.





de la nada
te despertás
zombi perdido
tibio incongruente
soñando con playas lejanas
y con corte tipo morrissey
a medio gramo o equivalente
donde la soledad anochece denso
con el mejor solo de flock of seagull
y todo pasa
pasa de moda
pasa de boca en boca
contra salivas extranjeras
que quieren ese estruend
esa canción de depeche mode
ese interludio de robert smith
esa proeza incontenible
donde la verdad
es tan minúscula
y no importa
nada
nada es deterioro
nada es silencio
nada acá
es el síntoma punketo rosa
claro tibio vagabundo triste
y la languidez
donde jugamos con vida
se cuela como todo lo demás
también
también
queda el cuerpo
marchito de olvidos
después
de bowie
y the clash
quiero bailar
mientras estalla
el paraíso
la luna
y las estrellas
entre el asombro
de sabernos encendidos
y bueno
ya mucho talk talk
y siouxsie y new order
ahora duerme
que la noche es lenta

viernes, 26 de junio de 2015

10 AFORISMOS FOLK

Columna quincenal publicada en Esquisses. 
Viernes 26 de junio del 2015.



1. ¡Bob Dylan es el padre único de los himnos folkeanos, hijo soberbio de la poesía y espíritu luminoso de la palabra universal!

2. Que un sueco-argentino haya compuesto tres discos maravillosos en solitario y un par de experimentos colectivos no es algo arbirario. Al contrario, su música es cosa de otras latitudes y algo para los elegidos. Su nombre: Sir José González. Búsquelo en Internet.

3. Joan Baez es el equivalente a la Virgen de Guadalupe mexicana.

4. Nunca te disculpes si confundes a Los Guaraguao con Simon & Garfunkel.

5. La música de Silvio Rodríguez sabe mejor con un Mojito en mano que con una Gallo en Trovajazz.

6. Beck, Davandra Banhart y Elliott Smith son supernovas que aún no hemos decodificado auditivamente, y cuando lo hagamos, entenderemos que su influencia ha sido un parteaguas y una bofetada al dios más hippie, experimental y alucinógeno.

7. Revista Folk no tiene nada que ver con nueva trova guatemalteca. Sus parecidos en la vida real son puras coincidencias.

8. Pablo Milanés es nuestro Alejandro Arriaza, pero gordito y sin pelo.

9. De Nick Drake heredamos una de las voces y composiciones más impresionantes de la música. "Pink Moon" debería ser una Biblia para quienes alucinan con Bon Iver, Sun Kil Moon o Jeff Buckley.

10. La oración del día: ¡Te rogamos, Leonard Cohen, óyenos!

viernes, 12 de junio de 2015

#LOSMARTESsondejazz

Columna quincenal publicada en Esquisses.
Viernes 12 de junio del 2015.


Flyers cortesía de LPG
Desde hace algunos meses se le ocurrió al compadre Luis Pedro González junto a otros broderines organizar estos toques jazzeros que poco a poco han ido calando en la cultura musical (y chupística) de Guate. No es cumbia, claro, y eso es lo mejor: una idea brillante y atinada que vino para quedarse. Eso lo demuestra la chulísima convocatoria: Llegan desde chiquillos hipsters, mamitas fresas, extranjeras guapas y conocedores excéntricos del género con el afán de emborracharse y fumar cigarros eternos en la banqueta eterna de El Esperanto mientras disfrutan de un buen jazzón y un taco de ojo entre los más de cien pelones y pelonas que siguen y multiplican el trend topic desde las redes.

No sé cuántos toques van, pero al primero que fui habían unos 25 compadres y compadres, la mayoría “melómigos”, escuchando la novedad del Espe. Esas primeras veces se podía disfrutar del jammin sentado en la barra y con una michelada bien servida mientras platicabas de cualquier pendejada con Víctor o Chester. Ahora, pedir una michelada es imposible. Pero más imposible es ir al baño

Ya el Espe se puso mala cara y la gente no cabe. Te empujan, se acaba la chela y hasta los jazzines te miran raro con su cara de pedo sofisticado. Pero bueno, no todo es malo. Hay propuestas e improvisaciones memorables y al final siempre se pone alegre y sale uno ya zurumbo de tanto güaro y platicada con los feligreses que fielmente van a su misa jazzística. Lo mejor de todo es la selección: jazz standars, bebop, free jazz, soul jazz, bossa y mucho más.


El último martes me quedé picado de escuchar Coltrane, Miles, Getz o Parker; y así pasé toda la semana siguiente encerrado en el Spotify revolviendo la nostalgia, sacudiendo la belleza y meneando los colochos al ritmo de la lluvia. Ya veremos si me decido a darme la vuelta el próximo martes. El clavo principal: ¡es martes… y eso de pasar toda la semana en salmuera de güaro no es muy buena idea!

Aunque sólo por escuchar la trompeta de Jacobo Nitsch vale la pena el degenere. Por cierto, escúchense el disco “México” de Erik Truffaz y Murcof. Es una belleza para estos días cargados de lluvia y bajón.

Y además, no se olviden de Leonard Cohen y Tom Waits.

Que la música, la lluvia y Nina Simone los protega.

Adiós.

viernes, 22 de mayo de 2015

TRES DISCOS para el fin de semana

Columna quincenal publicada en Esquisses.
Viernes 22 de mayo del 2015.




 WHERE WE ARE, Graig Hanes, 2013.

Disco purista y solemne. Lleno de atmósferas ambientales y sintetizadores espesos que recrean sonidos espaciales y profundos. Sí, se lee lleno de “paja poética” pero en serio suena delicioso y es perfecto para los amantes del piano y los sintetizadores, con armonías muy especiales y llenas de melancolía: Apparat, Nils Frahm, Jóhann Jóhannsson o Julia Kent.

Desde el inicio del disco se entra en un trance delicioso y melódico del que uno no se recupera muy fácil. Todo en su esencia es exquisitez y sabiduría. Ocho tracks perfectos que sumergirte en un viaje dub-techno y classic-avantgarde muy Arvo Pärt, donde los sentidos lo son todo. Vibráfonos, sintetizadores análogos, percusiones insistentes, pianos vagabundos y delays oscuros propios de una obra de teatro, encierro de trabajo o viaje al centro de la tristeza. La cúspide del disco: The Whole, una tonadita dub para bailar con ganas y en sandalias.
 
En sí, un disco imperdible y recomendadísimo para quienes aman el encierro, el yoga, la meditación y la música trippy, profunda o ambiental. ¡Disfrútenlo!



THE BEST OF FELA KUTI, Fela Kuti, 1999


Quien no haya escuchado a Fela Kuti se ha estado perdiendo de algo verdaderamente exquisito, no sólo musical sino político e histórico. El “Black President”, como se le conoce, dejó una tonelada de discos poderosos, más de veinte, entre los que brillan: Zombie, Expensive Shit, Army Arrangement, Shuffering & Shmiling / No Agreement, Roforofo Fight, Gentleman (mi favorito) y muchos más.

Todo en su discurso es rebelión contra el vasto colonialismo europeo, lucha incesante contra los sistemas de poder y defensa radical de los grupos oprimidos. A través de toda su música crea un activismo político que lo marcará de por vida con canciones memorables como “Black Man’s Cry”, “Colonial Mentality”, “Gentleman”, “Lady” y tantas otras más.

El creador del “Afrobeat” es en todos sus discos un espejo inmediato de su entorno. Validado desde la voz popular y reprimido por la fuerza militar (más de 200 veces arrestado), Fela no dejó de crear y experimentar con su música: jazz, funk, percusiones africanas, ritmos caribeños, voces ceremoniales, etc.  Con su mítica banda Africa 70 grabó algunas de sus mejores canciones, la gran mayoría incluidas en este discazo perfecto para escucharlo en un viaje a la playa, una fiesta deshinbida o en ese deschongue lujurioso en el bar.

Todo en este disco es fiesta y baile, celebración por un pueblo sin fronteras sociales celebrando la caída de los sistemas de poder. Además, es una excelente oportunidad para conocer la música de este genio.

Todas las canciones son indispensables, en especial: “Water not get enemy”, “Gentleman”, “Zombie”, “No agreement”, “Shuffergin and Shmiling” y “Coffin for head of state”. La mayoría, con un trance rítmico de más de 12 minutos de baile exquisito.

¿Querían baile? ¡Pues acá está el disco para bailar con pancartas en mano y gritos de libertad en la garganta!



IT’S ALBUM TIME, Todd Terje, 2014.


Disco extraño, obsesivo y ochentoso para la carretera. Desde que inicia hace un homenaje a lo mejor del disco lounge y música de elevador. Sus aristas crecen desde el funk y jazz hasta la electrónica más culta. Es una experimentación de sintetizadores muy Jean-Michel Jarre con sonidos que disparan armonías hipersensibles. Perfecto para escucharlo en casa con audífonos o de viaje a cualquier rincón de Guate. Preben goes to Acapulco recrea una atmósfera surf a manera que avanza con su jazzy mode improvisado, pero de inmediato en Svensk Sas nos lanza a otro lado de la moneda: música extraña, bizarra, rara, vieja, balkan, tribal pero electrónica.

Todo en el disco es una electrónica disco-bailable con sintetizadores que aceleran, pistas de baile neón, guayaberas con estampados de palmeras y cocteles servidos en vaso alto con mucho hielo. Mi favorita: Delorian Dynamite, que simula un viaje al pasado-futuro de los sueños con líneas de bajo profundas y percusiones muy Radiorama o Giorgo Moroder (genios del italodisco) que lo estilizan todo. Luego, de repente, la voz de Brian Ferry te sorprende con un cover downtempo y depresivo de Robert Palmer: Johnny and Mary, aquella tonadita new wave synthpop del 81 que homenajea a los ochentas con verdadera clase. Para rematar, Inspector Norse llena la atmósfera del disco más fino y meticuloso. Un derroche de Sylvester o Donna Summer escupe el mejor HI-NRG contemporáneo.

Al final, el disco queda como un experimento más versátil pero menos denso que el aclamado Random Access Memories de Daft Punk, y los ritmitos jazzy, disco y vintage son como guindas que adornan el pastel melódico con una sonrisa vacía, nada excitante y poco entusiasta. Es decir, no te perdés de mucho pero si te gusta conocer música nueva y bailar por momentos, no es mala idea que lo bajés. Si no, olvidate que existe y mejor conseguite el nuevo de Hot Chip o Faith No More.

En cualquiera de los 3 casos. Qué tengás un excelente fin de semana y disfrutés de toda la música como más se te antoje. Salucita.

lunes, 18 de mayo de 2015

DISCO RAYADO: el idm es mi nueva música clásica

Columna publicada en El Danzante #16 del Danzón Pérez.
Abril del 2015.



 
Toda esa resaca auditiva que deja la Semana Santa –con sus edecanes reguetoneras, fiestas bachateras y bailarinas houseras– me hizo armar algunos playlists con lo mejor de Tycho, Jon Hopkins, Apparat, Caribou, Flying Lotus, James Blake, Autechre, Thom Yorke, Björk y otra marita fina; para quitarme el mal sabor de boca por la espantosa lasaña veraniega (de la fiesta de al lado) escuchando a Banda El Recodo mezclada con Calvin Harris en un nonstop de cuatro días bulliciosos, lecturas interrumpidas y calor insoportable de la costa.

Tampoco es para tanto. La verdad, me la pasé muy a gusto en Semana Santa pero eso de escuchar como retumban las pobres bocinas de los vecinos con su música mala (popular a fin de cuentas) enlistando una variedad de tonaditas cargadas de injuria fiestera, reducida a palabras como “vacaciones ardientes”, “pachanga veraniega”, “hot fun summer” y otro montón de mercadeadas comunes… no es mucho de mi agrado.

Pero es que ver a la gente hinchada en alcohol y contaminando el ambiente sonoro con música chinche y miserable, de verdad no es lo mío. Insisto. Prefiero en último caso (muy lejano), un Guns N’ Roses ochentero, una Cumbia cadenciosa o una Selena caderona aderezando la parranda con un par de cajas de cerveza bien fría, amigas cariñosas en microbikinis y una que otra bolsa de Chicharrones Señorial para el monchis mañanero. Así, creo que va mejor la cosa. En vez de estar replicando la santa desdicha de una bachata desafinada o el “cero glamour” de una quebradita, poco original y llena de cascabillos.


A lo que voy es que la mayoría de la gente (y es mayoría, no lo duden), prefiere escuchar las listas famosas del Deezer. Sí, esas que dicen “Sale Puerto” o “Full Parranda” en vez de relajarse con un poco de DJ Koze, Four Tet o Ellen Allien al lado de la piscina, leyendo una novela policial o asando puyazo nacional en la churrasquera del patio trasero.


Es verdad, la música popular es el Diablo. Pero no siempre lo ha sido.


En otras épocas, la música popular ha estado impregnada de cierto misticismo propio de la música culta, clásica, académica o como quieran llamarle. En varios sentidos se han alimentado una de la otra, y esto ha resultado en un tortrix bien merecido y lleno de buena onda. Por eso, hay veces que pienso en Ravel como un Elvis Presley sinfónico, un J. S. Bach como un Jimi Hendrix convulso o un Chopin como un Kurt Cobain melancólico. No sé, a veces me da por pensar que la música electrónica (la más culta y experimental de todas) ha sido una evolución sistemática y necesaria de la música clásica. Su último eslabón y certeza. Pero esta idea, mis queridxs, es solo el esbozo de algo mucho más grande que no escribiré en esta nota postraumática, citadina y semi-bronceada.

Además, piénsenlo bien, sería estúpido imaginar a Mozart como a un Residente de Calle 13, a Wagner o Brahms como a un Tigre del Norte enajenado, o a Beethoven como a un Thomas Bangalter de Daft Punk tocando house triste. Aunque sí, puede que mucha de la música clásica pueda engalanarse con lo mejor de la música Pop del presente.

Por otro lado, me gusta mucho imaginar que los sonidos de Greg Haines, Nils Frahm o Sascha Ring son muy parecidos a los experimentos inmensurables de Arvo Pärt, Béla Bártok o Yuji Takahashi, personajes indispensables de la música clásica del siglo veinte. O que ir a un concierto de Ryoji Ikeda o John Cage, sería un alucín que no-tiene-precio.

En fin –a manera de escrito balbuceante y sugerente–, los invito a escuchar doce discos que considero chulos, geniales y alucinados. Si les gusta el IDM o cualquier variante de la electrónica “experimentona” creo que serán mucho de su agrado. Los pueden conseguir o escuchar gratis en internet, y reflexionar sobre estas líneas paralelas e imaginarias que trato de dibujar entre la música clásica del siglo diecinueve y estas delicias maravillosas del siglo veinte y veintiuno.

Saquen ustedes sus conclusiones. Pero eso sí, disfruten.

1. «Where we are» de Greg Haines, 2013.
2. «The Ravedeath» de Tim Hecker, 1972.
3. «Selected Ambient Works 85-92» de Aphex Twin, 1992.
4. «Boiler Room X Dimensions Opening Concert» de Nils Frahm, 2014.
5. «Bricolage» de Amon Tobim, 1997.
6. «The Inheritors» de James Holden, 2013.
7. «Cosmogramma» de Flying Lotus, 2010.
8. «Music has the right to children» de Boards of Canada, 1998.
9. «Dive» de Tycho, 2011.
10. «Tri Repetae» de Autechre, 1995.
11. «There is love in you» de Four Tet, 2010.
12.  «Dead Cities» de The Future Sound of London, 1996.