jueves, 18 de octubre de 2012

20 CONSEJOS por sí hay un retén

Foto: Retén chapín.
En el libro Libertad bajo palabra, el mexicano Octavio Paz escribe: “Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día”. No sé por qué, pero encontrar este libro viejo me puso a pensar en muchas cosas, sobre todo en la Revolución del 44 que está por celebrarse el próximo 20 de octubre. La cual, supongo, la gran mayoría de guatemaltecos ignoran, pero al contrario sí celebran el día de las hamburguesas o el día de acción de gracias gringo.

En fin, regresando al tema de la Revolución, yo nunca he sido, la verdad, asiduo a los levantamientos sociales, a las revueltas y a la masificación de la rebelión como un acto público. Más bien creo en las pequeñas revoluciones, en esas reinvenciones personales y en esos cambios de menor a mayor, por así decirlo. Por eso envidio tanto a los grupos que se levantan contra el sistema y tienen una estructura social impecable, funcional, que no se deja pisotear y que lucha por sus derechos constitucionales; aún así con palos, piedras, banderas blancas, manifiestos radiales, volantes impresos o pancartas urgentes. Considero que es de admirar esa intención, ya que el ladino promedio en Guatemala, al final de cuentas, es un individualista que se conforma con tan poco y encuentra su zona de confort en la sumisión y en la indiferencia. Esa es la verdad, así somos, esa es nuestra consigna: protestar intrínsecamente pero nunca, uy no, tomar las calles y protestar públicamente.

Todo esto viene, porque en los últimos días he coincidido involuntariamente con la palabra “revolución”. Una palabrita trillada a lo largo de la historia, claro, pero curiosamente se me ha cruzado en lecturas de diarios nacionales, en conversaciones con amigos, en coloquios universitarios, en columnas periodísticas y hasta en el peor, o mejor de los casos, en comentarios tipo random publicados desde las redes sociales. Al parecer, resulta ser que a la gran mayoría se le está apeteciendo la idea de un cambio abrupto o una nueva revolución. No sé exactamente a que se refieran. La verdad, a mí me parece una especie de moda cool y wannabe, digo, eso de que todos hablen de protesta, marcha, indignación, rabia, furia, toma del poder, etc. No creo que alguien en realidad lo vaya a hacer. Es sólo una pose, una especie de moda pasajera, como un Miércoles de Cumbia o un Pasos y Pedales.

Pero bueno, sí de verdad hay un frente opositivo y las cosas se ponen violentas y se salen de control, es inevitable que vayan a existir retenes militares en las carreteras, en los parques, en los bares, en los centros culturales e incluso, en los café internet y en los templos evangelistas. Para ello, acá unas recomendaciones por sí la mano dura y “el fusil-guitarra de la paz” nos alcanza en la calle:


1. Nunca vea directamente a los ojos al militar que lo detenga. El límite es cinco segundos, después de eso usted verá prepotencia, hermetismo, y en el peor de los casos: ignorancia. A veces, uno también puede sufrir desvaríos sonoros, como escuchar la tonadita aquella del soldado, que pasaban en Canal 5 durante los 80’s. Trate de evitar eso. Mejor mire el suelo y actúe con normalidad ante el mareo.

2. Trate de llevar alguna prenda color naranja, ya que es el color del partido oficial. Puede ser un accesorio: anteojos, pañuelo, aretes, pulseras, sombrero, bufanda, morral, perro, bicicleta, audífonos, etc.

3. Que las pulseras sean color naranja, no significa que puedan ser pulseritas típicas.

4. Que el morral sea color naranja, no significa que pueda ser un morral de Momostenango o Huehue. Mejor sí es de la Megapaca o sí es importado. Así son nuestros extremos adquisitivos, pero nunca, nunca, nunca, algo hecho en el interior del país.

5. Los anteojos anaranjados, mejor si no tienen graduación. Usted podrá parecer intelectual, y eso, escuche bien: no le gusta a nuestro presidente.

6. Vístase como hipster, yuppie o prole. Nunca como hippie, metalero, curador de arte o escritor reaccionario. Eso nunca ha sido bien visto por los partidos de poder.

7. Sí usted lleva libros en la bolsa o en el carro, sáquelos antes de salir de su casa. O mejor, en todo caso: deje de leer. La lectura contamina las intenciones gubernamentales y no permite el desarrollo de las "buenas intenciones oficiales".

8. Sí usted es obsesivo y no puede dejar de leer, ni siquiera mencione que le gustan las columnas de Juan Pensamiento en Plaza Pública o Andrés Zepeda de El Periódico. Le traerá graves problemas.

9. Sí tiene carro, revíselo detenidamente antes de salir. No lleve carteleras culturales, postales de arte, invitaciones a exposiciones, latas de cerveza vacía (o llenas) ni llaveritos típicos. Si no tiene carro, y se mueve en autobús, hágase el de la "vista gorda" y borre de su celular los fondos de pantalla del Ché Guevara y los ringtones de Silvio Rodríguez. En cambio, métale música nacional a su teléfono, Ricardo Arjona y Viento en Contra están bien. Aunque el ideal, sería música cristiana. Busque en internet, ahora hay hasta reguetón cristiano y hip hop evangélico.

10. Lo mejor que puede hacer, es llevar una Biblia con usted por aquello de las dudas, y si puede, apréndase la frase que dijo Caballeros sobre los muertos en Toto, para repetírsela al soldado que lo detenga. Eso, más un “gracias al Ejército de Guatemala, mi general”, le pueden evitar un mal rato.

11. No intente discutir con un oficial del ejército. Regularmente son como robots y no están diseñados para discernir. Es más, algunos robots militares tienen varios defectos de fábrica, entre ellos: no pueden escuchar ni expresarse con más de 25 palabras, ése es su límite idiomático.

12. Sí logra entablar una conversación con alguno, quédese callado y siga órdenes. A ellos les encanta seguir órdenes, y sí usted es capaz de hacerlo, hasta puede encontrar su verdadera vocación. De seguro hay plazas disponibles. Pregunte por los números y llame de inmediato.

13. Sí le preguntan que qué hace, usted responda que trabaja en un Call Center, un Supermercado, una Tienda Mayorista o una Agencia de Publicidad y Mercadeo. Trate de pasar desapercibido. Nunca diga que trabaja de periodista, investigador, asesor, psicólogo, librero o mucho menos que trabaja en arte. El artista está mal visto. Es relajero, bolo, drogo, inconforme, sensible y reaccionario. Por el contrario, ser abogado, tiene doble moral. Así qué piénselo bien antes de decir que es abogado o abogada.

14. Sí le gustan las drogas, mejor llévelas puestas.

15. Sí no le gustan las drogas, también llévelas puestas.

16. Sí lo detienen con amigos que llevan drogas, mejor llévenlas puestas.

17. Sí usted tiene tatuajes, diga que fue una época “rara” de su vida, pero que ya quedó atrás. Todos tenemos un pasado tormentoso, al igual que este país.

18. Sí sus tatuajes son de calaveras o pájaros extraños, acérquese con su tatuador de confianza y dígale que le añada estos colores alrededor: Verde oscuro, Verde oliva, Verde boscoso, Café puro y Beige. Si quiere, también le puede añadir un tatuaje complementario, puede ser un AK-47, IMI Galil o un M16. Un lanzagranadas lacrimógenas, es, sin dudas, el mejor diseño que le puedo recomendar. Nunca pasa de moda y además, es tan propio de nuestra identidad, casi como un símbolo patrio.

19. Sí usted no tiene tatuajes y siempre ha querido tatuarse un Ché Guevara, no lo haga. Al contrario, olvídese del Ché y busque en internet otras opciones. Le aseguro que puede encontrar bonitos diseños en Google bajo las siguientes búsquedas: “tatuajes militares” o “military tattoo designs”. Sólo cambie el águila norteamericana por un quetzal y/o la bandera gringa por una guatemalteca. También le puede añadir el logotipo del Partido Patriota sosteniendo dentro del puño a un líder de los 48 Cantones de Totonicapán, o si bien lo desea, una granada expansiva con la bandera de Guate y manchas de sangre indígena sobre ella. RECOMENDACIÓN: Ya no se tatúe glifos mayas. Yo tengo dos desde hace 15 años y estoy pensando seriamente en removérmelos, ya que eso significa “retén exitoso” para ellos. Además, un nahual entintado no lo va a proteger de un grupo de soldados enfurecidos.

20. Ya se acerca Halloween y eso significa diversión. Por favor, léame bien: no se disfrace de soldado, es de mal gusto, a menos que tenga el cuerpo de Demi Moore y unos bíceps de gimnasio. Sí es hombre y tiene el pelo largo, tampoco se haga pasar por Roxana Baldetti. Evite todo contacto con la autoridad y trate de pasar desapercibido. No disfrazarse, también es una opción.

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