![]() |
Fotos: LA ERRE y Carlos Alomse |
Hace un par de semanas -con un texto que hablaba de la felicidad y otros delirios- acompañé a mi camarada de vida, Ishto Juevez, en la presentación de su disco ELE MIGRANTE. Todo bien. De lujo. Una noche hermosamente bien hilvanada por artistas y músicos amigos. La idea era celebrar su disco a través de una presentación llena de teatro espontáneo y sonidos funky. El lugar: LA ERRE. Ahí, en ese espacio que lo celebra todo. Una noche bien, como nos gusta, con casa llena y bebidas sin freno.
Eso me hizo pensar que al final, después de los finales, solo quedarán un par de buenos amigos sinceros, un poema de Pound o Panero rondando en la cabeza y una resaca que todo lo reconstruye -como un Ave Fénix infinita-. Todo lo demás, solo desaparece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario