Viernes 10 de abril del 2015.
Hace un par de noches volví a ver el
fascinante documental «When You’re Strange» que cuenta la verdadera
historia de The Doors, no como aquella película de Oliver Stone en la
que un Val Kilmer, borracho y arrogante, sostiene a un pavo por la
pierna y lo besa y abraza minutos después que Pamela Courson, en su mal
papel interpretado por Meg Ryan, olvida sacarlo del horno en una fiesta
tostada en acetatos, amigovios y LSD.
El documental es narrado sutilmente por
Johnny Depp, y a lo largo de casi dos horas, hilvana el recorrido fugaz
de los californianos a través del brillo de sus cinco discos y la
mística emblemática de un Jim Morrison derretido por la poesía,
atormentado por la fama y obsesionado por la teatralidad.
Lo pueden encontrar en YouTube y
disfrutar de un collage fílmico con imágenes de conciertos y grabaciones
hasta antes inéditas. Es una joya que vale la pena ver junto a otras
lecturas como la biografía «No one here gets out alive» y el libro de
poemas «The New Creatures», que pueden descargar en PDF o conseguir por
Amazon en versión digital.
Mi pasión por The Doors empezó de muy chavo. Catorce o quince años
quizá. Por Jim conocí la poesía de Baudelaire, Rimbaud, Blake y el
pensamiento crítico de Nietzsche y Aldous Huxley. Digamos que Jim fue el
encargado de iniciarme en la poesía francesa y en la escritura con
imágenes. Gracias a mi viejo pude conseguir todos los cedés de estudio y
uno que otro libro con poemas de Jim.
La música de estos cuatro señorones me
ha acompañado desde hace mucho tiempo y, sin negar su influencia, han
sido una pieza relevante en mucha de la música que escucho. Intentar
nombrar mi disco favorito de los cinco es algo casi imposible, pero
podría quedarme con Strange Days y L.A. Woman, dos bellezas que todo
aquel que ame la música debe tener.
El otro día, platicaba con un compañero
del trabajo sobre lo importante que es encontrar y nombrar a los
personajes que han marcado tu vida. Si me tocara nombrar a tres, de
seguro Jim estaría antes que Basquiat y Bukowski.
¿Y a vos, quién te inspiró a hacer lo que hacés?
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