Viernes 12 de junio del 2015.
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Flyers cortesía de LPG |
Desde hace algunos meses se le ocurrió
al compadre Luis Pedro González junto a otros broderines organizar estos
toques jazzeros que poco a poco han ido calando en la cultura musical (y chupística) de Guate. No es cumbia, claro, y eso es lo mejor: una idea
brillante y atinada que vino para quedarse. Eso lo demuestra la
chulísima convocatoria: Llegan desde chiquillos hipsters,
mamitas fresas, extranjeras guapas y conocedores excéntricos del género
con el afán de emborracharse y fumar cigarros eternos en la banqueta
eterna de El Esperanto mientras disfrutan de un buen jazzón y un taco de ojo entre los
más de cien pelones y pelonas que siguen y multiplican el trend topic
desde las redes.
No sé cuántos toques van, pero al
primero que fui habían unos 25 compadres y compadres, la mayoría
“melómigos”, escuchando la novedad del Espe. Esas primeras veces se
podía disfrutar del jammin sentado en la barra y con una michelada bien
servida mientras platicabas de cualquier pendejada con Víctor o Chester.
Ahora, pedir una michelada es imposible. Pero más imposible es ir al
baño
Ya el Espe se puso mala cara y la gente
no cabe. Te empujan, se acaba la chela y hasta los jazzines te miran
raro con su cara de pedo sofisticado. Pero bueno, no todo es malo. Hay
propuestas e improvisaciones memorables y al final siempre se pone
alegre y sale uno ya zurumbo de tanto güaro y platicada con los
feligreses que fielmente van a su misa jazzística. Lo mejor de todo es
la selección: jazz standars, bebop, free jazz, soul jazz, bossa y mucho
más.
El último martes me quedé picado de
escuchar Coltrane, Miles, Getz o Parker; y así pasé toda la semana
siguiente encerrado en el Spotify revolviendo la nostalgia, sacudiendo
la belleza y meneando los colochos al ritmo de la lluvia. Ya veremos si
me decido a darme la vuelta el próximo martes. El clavo principal: ¡es
martes… y eso de pasar toda la semana en salmuera de güaro no es muy
buena idea!
Aunque sólo por escuchar la trompeta de
Jacobo Nitsch vale la pena el degenere. Por cierto, escúchense el disco
“México” de Erik Truffaz y Murcof. Es una belleza para estos días
cargados de lluvia y bajón.
Y además, no se olviden de Leonard Cohen y Tom Waits.
Que la música, la lluvia y Nina Simone los protega.
Adiós.
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