viernes, 22 de mayo de 2015

TRES DISCOS para el fin de semana

Columna quincenal publicada en Esquisses.
Viernes 22 de mayo del 2015.




 WHERE WE ARE, Graig Hanes, 2013.

Disco purista y solemne. Lleno de atmósferas ambientales y sintetizadores espesos que recrean sonidos espaciales y profundos. Sí, se lee lleno de “paja poética” pero en serio suena delicioso y es perfecto para los amantes del piano y los sintetizadores, con armonías muy especiales y llenas de melancolía: Apparat, Nils Frahm, Jóhann Jóhannsson o Julia Kent.

Desde el inicio del disco se entra en un trance delicioso y melódico del que uno no se recupera muy fácil. Todo en su esencia es exquisitez y sabiduría. Ocho tracks perfectos que sumergirte en un viaje dub-techno y classic-avantgarde muy Arvo Pärt, donde los sentidos lo son todo. Vibráfonos, sintetizadores análogos, percusiones insistentes, pianos vagabundos y delays oscuros propios de una obra de teatro, encierro de trabajo o viaje al centro de la tristeza. La cúspide del disco: The Whole, una tonadita dub para bailar con ganas y en sandalias.
 
En sí, un disco imperdible y recomendadísimo para quienes aman el encierro, el yoga, la meditación y la música trippy, profunda o ambiental. ¡Disfrútenlo!



THE BEST OF FELA KUTI, Fela Kuti, 1999


Quien no haya escuchado a Fela Kuti se ha estado perdiendo de algo verdaderamente exquisito, no sólo musical sino político e histórico. El “Black President”, como se le conoce, dejó una tonelada de discos poderosos, más de veinte, entre los que brillan: Zombie, Expensive Shit, Army Arrangement, Shuffering & Shmiling / No Agreement, Roforofo Fight, Gentleman (mi favorito) y muchos más.

Todo en su discurso es rebelión contra el vasto colonialismo europeo, lucha incesante contra los sistemas de poder y defensa radical de los grupos oprimidos. A través de toda su música crea un activismo político que lo marcará de por vida con canciones memorables como “Black Man’s Cry”, “Colonial Mentality”, “Gentleman”, “Lady” y tantas otras más.

El creador del “Afrobeat” es en todos sus discos un espejo inmediato de su entorno. Validado desde la voz popular y reprimido por la fuerza militar (más de 200 veces arrestado), Fela no dejó de crear y experimentar con su música: jazz, funk, percusiones africanas, ritmos caribeños, voces ceremoniales, etc.  Con su mítica banda Africa 70 grabó algunas de sus mejores canciones, la gran mayoría incluidas en este discazo perfecto para escucharlo en un viaje a la playa, una fiesta deshinbida o en ese deschongue lujurioso en el bar.

Todo en este disco es fiesta y baile, celebración por un pueblo sin fronteras sociales celebrando la caída de los sistemas de poder. Además, es una excelente oportunidad para conocer la música de este genio.

Todas las canciones son indispensables, en especial: “Water not get enemy”, “Gentleman”, “Zombie”, “No agreement”, “Shuffergin and Shmiling” y “Coffin for head of state”. La mayoría, con un trance rítmico de más de 12 minutos de baile exquisito.

¿Querían baile? ¡Pues acá está el disco para bailar con pancartas en mano y gritos de libertad en la garganta!



IT’S ALBUM TIME, Todd Terje, 2014.


Disco extraño, obsesivo y ochentoso para la carretera. Desde que inicia hace un homenaje a lo mejor del disco lounge y música de elevador. Sus aristas crecen desde el funk y jazz hasta la electrónica más culta. Es una experimentación de sintetizadores muy Jean-Michel Jarre con sonidos que disparan armonías hipersensibles. Perfecto para escucharlo en casa con audífonos o de viaje a cualquier rincón de Guate. Preben goes to Acapulco recrea una atmósfera surf a manera que avanza con su jazzy mode improvisado, pero de inmediato en Svensk Sas nos lanza a otro lado de la moneda: música extraña, bizarra, rara, vieja, balkan, tribal pero electrónica.

Todo en el disco es una electrónica disco-bailable con sintetizadores que aceleran, pistas de baile neón, guayaberas con estampados de palmeras y cocteles servidos en vaso alto con mucho hielo. Mi favorita: Delorian Dynamite, que simula un viaje al pasado-futuro de los sueños con líneas de bajo profundas y percusiones muy Radiorama o Giorgo Moroder (genios del italodisco) que lo estilizan todo. Luego, de repente, la voz de Brian Ferry te sorprende con un cover downtempo y depresivo de Robert Palmer: Johnny and Mary, aquella tonadita new wave synthpop del 81 que homenajea a los ochentas con verdadera clase. Para rematar, Inspector Norse llena la atmósfera del disco más fino y meticuloso. Un derroche de Sylvester o Donna Summer escupe el mejor HI-NRG contemporáneo.

Al final, el disco queda como un experimento más versátil pero menos denso que el aclamado Random Access Memories de Daft Punk, y los ritmitos jazzy, disco y vintage son como guindas que adornan el pastel melódico con una sonrisa vacía, nada excitante y poco entusiasta. Es decir, no te perdés de mucho pero si te gusta conocer música nueva y bailar por momentos, no es mala idea que lo bajés. Si no, olvidate que existe y mejor conseguite el nuevo de Hot Chip o Faith No More.

En cualquiera de los 3 casos. Qué tengás un excelente fin de semana y disfrutés de toda la música como más se te antoje. Salucita.

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