martes, 4 de septiembre de 2012

PETER SAVILLE: musicalmente pixeleado

Publicado en revista Catálogo para la vida, número 16
2012.
Reeditada.



Foto: Portadas y fotoretrato de PS
La primera vez que vi una portada de Peter Saville, el legendario diseñador inglés originario de Manchester, fue a finales de los 90’s junto a un grupo de amigos europeos con los que hice un  viaje al mar durante un fin de semana agitado por los excesos y la música estridente. Lo recuerdo muy bien porque fue una chica alemana, de nombre Emma, la que me enseñó el booklet del disco –de Pulp, por cierto, una de mis bandas favoritas liderada por el poeta Jarvis Cocker–. El disco lo escuchamos una y otra vez entre poesía salvaje, con frases mal traducidas, micheladas picantes y conversaciones sin iPod, celular o Facebook.

El disco era This is hardcore. Un disco exquisito en todas sus profundidades y aristas sonoras. Hasta ese entonces el britpop me parecía una estrella fugaz y distante que había dejado su estela musical en bandas como Suede, Oasis y Blur. Pero la portada, mis queridos y queridas, era otra cosa para mi sensibilidad recién salida de la escuela y hambrienta por experimentar nuevas sensaciones sonoras.

Vayamos al grano.

La portada del disco muestra una pintura de John Currin –de quien supe el nombre años después– en la que una chica rubia, bocabajo, sobre un sofá rojo, parece estar en una especie de trance. En el fondo negro, detrás, aparece impreso el logotipo de la banda. Justo sobre el rostro y, en una milésima parte de los pechos de la chica rubia, aparece el nombre del álbum "THIS IS HARDCORE" en letra helvética, mayúscula y al cien por ciento color magenta. Todo estuvo a cargo de Saville: diseño, dirección de arte y corrección de color. Para ese entonces, el diseñador inglés ya tenía una reconocida trayectoria diseñando afiches y portadas de discos para la mítica disquera independiente: Factory Records, liderada por el enigmático Tony Wilson, a quien pueden apreciar en su esplendor en la película 24 Hour Party People.

Regresando a Saville, puedo mencionar que su talento va más allá de la adecuada manera de colocar los elementos del diseño en un arte final, interviniendo muchas veces otra imagen. Obviamente, un buen diseñador debe respetar el espacio, los colores y el equilibrio de todos sus componentes, y eso es lo que más me gusta de Saville. Esa deliberada construcción de atmósferas en sus obras. Porque son obras, claro, pequeños canvas trabajados en computadora y yuxtapuestos de manera técnica y emocional. Sin lugar a dudas, el don se ha ganado la admiración de críticos y demás personas involucradas en el medio, esto por poseer una sensibilidad avant garde que lo ha llevado a la creación de tipografías y un estilo minimalista que conjuga el diseño industrial con la profundidad de tintas y texturas. Entre su larga lista de obras se pueden encontrar las portadas de Joy Division, New Order, Brian Eno, Roxy Music, Ultravox, Peter Gabriel, Suede y Pulp. Nada mal para un diseñador compulsivo, que ha desarrollado una carrera dentro del mundo de la publicidad y las consultorías de diseño.

Toda una joya, el señorón de 57 años, que hasta se ha codeado con la farándula de la moda, diseñando campañas para Christian Dior, John Galliano, entre otros.


Sin mayor duda, Saville es un referente imprescindible al hablar de música y diseño. En lo personal, a mí me convenció con eso de que toda obra musical debe ir acompañada de una imagen irreverente pero coherente, que uno quiera poseer y llevar a todas partes; como menciona en una entrevista que le hizo una revista reconocida de diseño.

En otras palabras, la belleza le entra a uno por los ojos, ¿o no?


PETER SAVILLE:
http://www.btinternet.com/~comme6/saville/ 

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